Debate sobre la Interrupción Legal del Embarazo.
Antonella Schettino, del Plenario de Trabajadoras, se mostró a favor de la aprobación de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo aunque consideró que al proyecto debería hacérsele algunas modificaciones. También criticó la postura de los grupos que están en contra de la norma.
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-¿Cómo fundamenta su postura a favor de la ley?
- Desde hace ya 35 años el movimiento de mujeres viene luchando para que el aborto sea legal porque es una realidad que las mujeres abortan, y todos sabemos que la clandestinidad se lleva vidas y muchas mujeres. Seguimos en la calle. Por otro lado, nosotros siempre pedimos por educación sexual con perspectiva laica, y científica. Desde el Plenario de Trabajadoras del Partido Obrero por la modificación del artículo que deja atada a cada institución como dar la Educación Sexual Integral. Esto, teniendo en cuenta que hay muchas instituciones que pertenecen a la Iglesia y no van a respetar lo científico y menos las perspectivas de género que se tocan. Pedimos aborto legal, seguro y gratuito en los hospitales públicos, así como anticonceptivos en todas las salitas y hospitales públicos de todo el país.
-¿Por qué cree que la Política es tan reacia a tratar este tema y sólo lo hace ante situaciones límite?
- Porque la injerencia de la Iglesia en la Argentina es crucial. En el 2018 Macri impulsó el debate sobre el proyecto de ley sobre el aborto porque la Iglesia le dio la espalda y empezó a ayudar a lo que luego sería el Frente de Todos para que le ganara las elecciones. Ahora, Alberto Fernández presentó su propio proyecto oficial teniendo un acuerdo con la Iglesia. Lo que era el Frente para la Victoria en el 2018 votó en contra de la ley. Hoy vemos un proyecto distinto al que se dijo en la campaña del año pasado porque fue pactado con el Papa Francisco que es fanático de este gobierno. Los políticos son reacios a discutir este tema porque son personas que pertenecen a la Iglesia Católica y son amigos de Bergoglio, y no pueden separarlo de la salud pública, que es el aborto legal, la diversidad. También están en contra de los derechos de la mujer porque no quieren pelearse con la Iglesia dado que en este contexto de crisis que se está dando juega un rol muy importante. A cada acuerdo que tenía Argentina con el FMI Francisco salía a festejarlo. Tanto el Estado Nacional como Municipal se unen con las iglesias por la contención social por la crisis que estamos viviendo todos nosotros. Es para que la gente no salga a la calle en una Argentina que está rodeada de países donde hay rebeliones populares. El Estado y la Iglesia son reacios a debatir el derecho a decidir porque saben que el Movimiento de Mujeres que ha ganado fuerza desde el regreso de la democracia puede llegar a desatar una rebelión popular. El gobierno va despacio porque debe ir jugando en su amistad con la Iglesia. Por ejemplo, aborto legal pero con objeción de conciencia. Por eso ni los militantes K conocían el proyecto.
-¿Piensa que cambió algo en la sociedad para que esta vez se pueda aprobar la ley?
- Hay dos puntos fundamentales en este proyecto. Uno es la objeción de conciencia de los médicos. El representante de Nuevo Nexo Diego Giri en una nota dijo que en el proyecto de ley se establece que los médicos no pueden darle una solución alternativa a la mujer que va a hacerse un aborto. Si una mujer va a un hospital con la decisión de abortar, el doctor no puede tener injerencia y decirle se una incubadora humana para luego darlo en adopción al bebé. El Plenario de Trabajadoras va por la aprobación de este proyecto porque antes que no haya nada, preferimos que haya una ley pero con la modificación de conciencia. En Tucumán, cuyo gobernador Manzur está con Alberto Fernández, se obligó a parir a una nena de 11 años. Eso hace la objeción de conciencia, que las niñas sean madres. También queremos que se cambie la penalización después de la semana 14 de embarazo. Yo espero con todo mí corazón que el proyecto se apruebe. En estos meses que pasaron siguieron muriendo mujeres porque se incrementaron los abortos por la pandemia, porque las mujeres quedaron encerradas con los violentos y fueron abusadas sexualmente. El aborto es una cuestión de vida. Les da más vida a las mujeres para que no mueran en la clandestinidad.
-¿Qué piensa del proyecto de los 1000 días de acompañamiento a mujeres que elijen tener sus hijos?
- Muchas mujeres no abortan porque no tienen dinero sino por el derecho a no querer ser madre. Es un derecho a decidir. Creo que el proyecto se va a aprobar. No es casualidad que lo presentaron junto al presupuesto 2021 que recorta todo lo que tiene que ver con fondos para la Mujer y Salud.
-¿Qué le responde a todos los que están en las antípodas de su posición y dicen que ustedes tienen desprecio por la vida?
- En su mayoría, los que salen a llamarnos asesinas son hombres, a pesar de que Diego Giri diga que al frente de su movimiento Pro Vida hay mujeres. En realidad son Pro Muerte. Ellos prefieren que una mujer que tiene familia, hijos, y amigos, muera en una camilla desangrada porque no abortó en condiciones, o que esté obligada a parir a pesar de su decisión y los problemas psicológicos que le puede traer llevar un embarazo no deseado. Eso es falta de empatía, y falta de información. Nunca nos dan un debate porque directamente noa tildan de violentas. Lo único que moviliza a los mal llamados pro vida es que la mujer muera en la clandestinidad y no tenga derecho a decidir. Es la enseñanza de la iglesia, que la mujer sea un mueble más de la casa que tiene que parir hijos.
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