No se sabe con exactitud quién es el que arroja los residuos en el lugar y posteriormente los incendia. Lo cierto es que el lugar no cuenta con cerramientos ni un alambrado perimetral que evite el ingreso de personas. La cantidad de residuos que son arrojados parece una burla a los carteles que se rezan "Prohibido arrojar basura".
La columnas de humo se distinguen desde lejos y el aroma de la quema inunda todo el barrio.
A pesar de que el predio fue dado en comodato a Peña la N°12, no se observan progresos en el relleno de la cava, ni mayores cuidados. El profundo pozo está rodeado de malezas.
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