lunes, 17 de septiembre de 2018

"La situación se agrava y cada vez viene más gente al comedor"

La alimentación en tiempos de crisis.


Juan Coria está al frente de un comedor comunitario que funciona en Avellaneda al 800. Desde hace un año, ve como se va incrementando la cantidad de personas que buscan alimentarse porque no cuentan con suficientes recursos.
Coria es empleado municipal. Cuenta con el apoyo de su familia y un grupo de vecinos que consiguen los alimentos que se sirven todos los sábados.
A lo largo del mediodía rotan alrededor de 60 personas para comer.





-¿Cómo ve la situación?
-En el comedor, uno está viendo que sábado tras sábado viene más gente. Arrancamos con un promedio de 25 a 30 chicos. Hoy, entre chicos y grandes, estamos en un promedio de 60 personas. La situación económica está cada vez peor. En vez de mejorar, desmejora. Uno lo nota los fines de semana cuando los chicos vienen a almorzar. La otra novedad es que están viniendo a comer los padres de los chicos. Es un problema grave.

-¿Ustedes arrancaron pensando en los chicos?
-La consigna era atender a los chicos para que estén bien. De lunes a viernes almuerzan en la escuela. Y los sábados, si no tienen para comer en su casa, que viniera. Ahora vemos que se arriman los padres también. Se triplicó el número de personas. Acá pasa algo serio.

-¿Es gente de la zona?
-Es gente de toda la zona y algunos de ciertos lugares más alejados que comenzaron a arrimarse al comedor. Se enteran y vienen.

-¿Cómo consiguen la comida?
-Primero, nos ayudaba el Movimiento Evita. Luego, cuando formé una comisión para el comedor, el Movimiento Evita se abrió. Todos los que integramos la comisión tienen amigos que colaboran y de esa manera le damos de comer a los chicos.

-¿Y cómo enfrentan el aumento de precios?
-Se complica cada vez más. En ciertas ocasiones usamos dinero de nuestro bolsillo. Antes de la comisión, por más que me mandaran alimentos, yo tenía que comprar otros, porque no alcanzaban. Hoy en día pasa lo mismo, por más ayuda que venga, no nos alcanza porque viene gente nueva. Por ejemplo, este sábado no vino un grupo de chicos que tenía que jugar al fútbol, pero vino más gente. Cada fin de semana se agrega más gente.

-¿Qué hacen con la comida que sobra?
-Cuando sobra comida, los chicos se la llevan para poder comerla a la noche. Lo mismo ocurre con el pan. Hay otras familias que no tienen como llegar al comedor y nosotros le preparamos una vianda y se la llevamos personalmente a la casa. Es lo mismo que se sirve en el comedor. Cuando arrancamos, servíamos arroz, polenta, fideos, con chorizo o carne picada. No alcanza. Desde que conformamos la comisión y comenzamos a comprar los alimentos por nuestra cuenta, los chicos comen, sábado por medio, milanesas con ensalada, ravioles con tuco. También se hace asado una vez al mes. Así cubrimos todo el mes.  En cuanto al postre, de la gelatina pasamos al flan, queso con dulce. Es un variedad que deja conformes a los chicos.

-¿El comedor podría llegar a funcionar más días a la semana?
-Nosotros abrimos los sábados, pero hay chicos que nos vienen a pedir comida los domingos. Hay chicos que no comen los domingos. Estamos charlando sobre la posibilidad de hacer algo los domingos. Aunque sea, servir leche con algún otro alimento. Es el domingo el día que falta.

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