Editorial.
Lamentablemente la grieta política que se extiende en Argentina desde el siglo pasado ha alcanzado a la educación. En Chacabuco el debate clases presenciales sí o no, encubre otro entre mejorar la situación epidemiológica o dejar que empeore.
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El coronavirus ha sido fuente de distintas pujas políticas, pero la de la Educación es importante, puesto que se relaciona directamente con la posibilidad de forjar un presente y un futuro distinto y con mayor inclusión.
Hay que dejar de lado todos los condicionantes políticos porque lo que está en juego es la formación de niños, adolescentes y jóvenes adultos.
El ser humano tiene la capacidad de aprender y también de comunicar conocimientos de distintas maneras.
En la actualidad, el plan de lucha contra el coronavirus en la Provincia de Buenos Aires se divide en fases, según lo estableció el gobierno bonaerense. Cada una cuenta con una serie de restricciones mayor o menor según la situación epidemiológica de cada municipio.
En las fases 5, 4 y 3, hay clases presenciales. Solamente en la 2 no hay clases presenciales.
La fase 2, hasta ahora, es la de Alerta Epidemiológico. Se llega a ella por la cantidad de contagios que se registran y la ocupación de camas de terapia intensiva. Se puede discutir si Chacabuco debió haber ingresado antes a la fase 2. Tal vez si esto hubiera ocurrido al mismo tiempo que en General Villegas, hoy se podría estar hablando de volver a la fase 3.
Algunas razones para fundamentar el regreso de las clases presenciales, en fase 3:
- ni el Estado argentino ni el ámbito privado han desarrollado un sistema de educación a distancia eficaz para todos los niveles
- los profesorados no están orientados a la educación a distancia
- no se capacita a los docentes en actividad para brindar clases y acompañamiento virtual a los alumnos ni se les brinda medios para hacerlo
- hay alumnos que no tienen acceso a la conectividad o a la tecnología
- hay una cuestión cultural forjada con rutinas y tradiciones que refuerzan la necesidad de la presencialidad en el sistema educativo en su conjunto
- hay padres o familiares que no pueden ayudar a sus hijos en el aprendizaje de saberes complejos, porque no están capacitados para ello
- el resto del sistema cultural no está orientado a la educación a distancia de ciertos conocimientos complejos
- hay que destinar tiempo a desarrollar un sistema alternativo al presencial, teniendo en cuenta futuros problemas semejantes al coronavirus.
La única manera de pasar a Fase 3 es bajando los contagios, las internaciones y los fallecimientos. Este ascenso implicaría que hubo una mejora en la situación epidemiológica. Discutir si hay que volver a las aulas sin que haya resultados favorables, no tiene sentido. Hay que terminar con la grieta por el bien de la Salud pública.
Firma: Cristian Otegui, Chacabuquero.
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