"Si un árbol cae en medio del bosque y no hay nadie para escucharlo ¿Hace ruido?", la paradoja es antigua y ha embargado a la humanidad. Sin embargo, si una persona ve un árbol que yace en el medio del bosque puede inferir que hizo ruido al caer.
La gestión del Comisario Inspector Rubén Benítez cambió la relación con la prensa local. Su política de enviar partes informativos directamente a los medios revolucionó la comunicación institucional de la comisaría. Hasta ese momento los periodistas tenían que ir a la sede policial y apelar, un poco a la investigación propia y previa, y otro poco a la sinceridad de los jefes de la fuerza de seguridad.
Un periodista podía entender que se pidiera demorar la noticia de un robo porque había una pista que conducía a un allanamiento, pero sabía que podía llegar a difundir la información haciendo uso de la discreción.
Con Benítez había datos sobre robos, hurtos, asaltos, narcotráfico y hasta conferencias de prensa. Hay que aclarar que con el paso del tiempo se supo que no todos los hechos eran comunicados.
Benítez terminó como todos saben que lo hizo, involucrado en la investigación de una red de policías que pedía coimas. La Justicia dirá si es culpable o inocente. Sobre el allanamiento a la comisaría no hubo entrevistas o conferencias de prensa.
La nueva era de la policía es muy distinta a la anterior. Se da a conocer lo justo y necesario. Pero hay casos que van desde los hurtos simples hasta los robos calificados por uso de arma de fuego. Haciendo una comparación con la frase inicial, pareciera que se quiere promover que la caída del árbol no hace ruido.
El silencio policial está amparado en la realidad de que la fuerza de seguridad es auxiliar de la Justicia y no puede brindar información salvo que esté autorizada por el Poder Judicial.
La fiscalía local tampoco informa sobre los hechos delictivos que ocurren en la ciudad. Según la burocracia de la Justicia, es la Fiscalía General la que define qué se informa y qué no. El área de prensa, con sede en Junín, emite comunicados de ciertos procedimientos pero no brinda detalles del acontecer diario por vía telefónica, que sería la manera más simple de contacto desde Chacabuco.
El foro de seguridad ya no cumple la función de controlar a la policía sino que la acompaña. El sentido común indica que debería tener acceso a estadísticas, al menos.
Para el Intendente Mauricio Barrientos, según lo ha expresado más de una vez públicamente, la seguridad es un tema de la provincia y no de la municipalidad.
Chacabuco es una ciudad grande. Cuando un hecho delictivo ocurre en los confines de la zona urbana, puede que no trascienda en lo inmediato. Pero últimamente se han registrado robos en la zona céntrica, y su efectos, como el árbol caído sobre el suelo, quedan a la vista. Puede que no se informen oficialmente o por los medios convencionales, pero eso no quiere decir que no ocurran, que hayan sido denunciados, y menos que no se conozca su existencia.
Y no es que aquí se quiera decir que con publicar uno, dos, tres o diez casos en un sitio de noticias, un programa de radio o televisión o un periódico impreso alcanza. Es la ponderación y el análisis del conjunto de acontecimientos lo que debería derivar en la elaboración de políticas de trabajo en distintos ámbitos de la sociedad para prevenir los hechos de inseguridad.
Una definición muy conocida de información dice que es aquello que disminuye la incertidumbre. Lo que hoy se está empezando a difundir en la sociedad es la incertidumbre por falta de información.
Se puede apuntar a tratar de silenciar una situación de inseguridad que ha calado hondo en todos los estratos sociales, tal vez motivada por la desigualdad distribución de la riqueza, tal vez porque otras causas inmanentes al ser humano, pero lo cierto es que el ruido siempre termina por imponerse. Lo importante es que el Estado no haga oídos sordos y actúe antes de que la sociedad se haga escuchar por otros medios.
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