El caso que protagonizó Edgardo Rubino se registró en septiembre del año pasado. Según su familia, el hombre tomó agua de un sifón que tenía olor a solvente. Terminó muriendo al cabo de 20 días, en un centro clínico de Junín. El certificado de denfunsión aclara que los motivos del fallecimiento quedan ad referedum de otros estudios.
La Fiscalía de Chacabuco inició una investigación penal preparatoria sobre el tema.
Cabe recordar que este caso llevó a la renuncia a la ex Directora de Bromatología, Marité Fernández. En aquel momento la funcionaria tomó la determinación de entregar el sifón a la empresa del que había salido, algo de lo que dejó constancia en el acta.
La familia Rubino dijo haber tomado una muestra que guardó en una botella. Ese líquido fue analizado por un laboratorio de Junín. Lo que quedó fue presentado ante los periodistas de la ciudad. El estudio indica que en el agua había benceno, diclorobenceno, tetracloruro, dicloroetileno, tricloroetileno, monoclorobenceno, y también se dejó nota de que se detectó la presencia de tolueno, y que la muestra tiene el olor característico del solvente.
Entre las fallas que Rubino atribuyó a la municipalidad de Chacabuco se pudieron contar: "no se alertó a la comunidad", "no se realizó una clausura preventiva", "no se paró la producción", "se devolvió el sifón de buena fé".
"Quien no actúa ni controla es tan responsable como el que causa el daño", agregó, "como nos pasó a nosotros le puede pasar a cualquiera", continuó, "yo a la duda me la saqué de que no fue un accidente sino un acto de negligencia", finalizó.
Por último, la mujer aclaró que su familia no está buscando ningún resarcimiento económico, sino aclarar la situación.
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