Esa persistencia del peronismo de adoptar viejos métodos y actitudes anticuadas arrogándose las obras que pertenecen a todos los argentinos, en este caso, a los chacabuquenses, reflejan el nivel de obsecuencia y adulación de sus militantes que, afortunadamente, la sociedad optó por no seguir, no sólo en 2015, sino también en 2017.
Imagínese, lector, si este gobierno se dispusiera a etiquetar con el nombre de Cambiemos todas las obras que se han realizado en tan sólo dos años, desde la nueva guardia y ala del Hospital, el acceso a Castilla y O’higgins, la Cuenca D, la accesibilidad a los barrios, las luces LED ya colocadas, las cloacas, gas y agua corriente en Rawson, e incluso hacer lo propio con las obras de los gobiernos radicales anteriores.
Lo cierto es que en una democracia republicana las obras públicas son y pertenecen al pueblo que las demanda y las exige, que contribuye a su realización mediante el pago de impuestos y tasas, y el hecho de que las haga un determinado gobierno resulta simplemente circunstancial, siendo por lo demás lo que corresponde hacer.
En definitiva, creemos que la sociedad argentina ha madurado y tiene presente que nuestro país solo podrá salir adelante con el esfuerzo de todos, haciendo a un lado actitudes mezquinas u oportunistas de quienes que se creen dueños de las obras cuando son en verdad las realizaciones colectivas de todo un pueblo.
Firma: Comité Alem
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