jueves, 22 de septiembre de 2016

El detrás de escena de "Se pudrió todo", la obra del momento

“Se pudrió todo”, es el nuevo éxito del Grupo de Teatro Callejero, que se este fin de semana termina su ciclo en el Teatro Italiano.


Marcos Armendáriz y Matías Natti, hablaron sobre algunas de las claves de la repercusión que tiene la puesta en escena.



-¿Cómo explica el éxito del Grupo de Teatro Callejero?
Marcos Armendariz: Yo creo que es el fruto de lo que venimos trabajando y haciendo a lo largo de todos estos años. Este año nos sorprendió más, todavía. Si bien teníamos todas las pilas puestas en el proyecto, no pensábamos que íbamos a tener las primeras funciones a sala llena y con unas cuantas entradas vendidas para las últimas. También es todo un desafío para no bajar la vara a la hora de seguir haciendo cosas.

- ¿Esta obra se trabajó durante mucho tiempo?
MA: Arrancamos en marzo con la lectura del guión, a buscar a la gente y producir la obra.

- ¿Todos los años suman actores y gente a la producción?
MA: Sí, todos los años se va sumando gente nueva. Siempre decimos que la gente que pasa por el grupo no es que se va. Si no que vamos buscando gente en la medida que la necesitamos para los personajes. Siempre digo que hay un actor para cada personaje y no un personaje para cada actor. Tratamos de buscar un actor que se adecúe a las circunstancias y a la obra.

-¿Desde que nació la impronta del grupo ha ido cambiando?
MA: El grupo se llama de Teatro Callejero porque cuando nació, no teníamos dónde ensayar. Ensayábamos en el piletón de la plaza 5 de Agosto. Cuando hicimos nuestra primera presentación en la estación de tren en unas jornadas llamadas “Chacabuco no se acuesta”, nos preguntaron cómo nos llamábamos y dijimos: “Grupo de Teatro Callejero”, y ahí quedó el nombre. Al principio, hacíamos espectáculos más que nada para adultos. Después hicimos infantiles. Últimamente, estamos con la comedia que es para toda la familia.

-¿Vos, Matías Natti, es como el Olmedo o el Porcel en esta dupla cómica con Armendariz?
MN: El Porcel, más que el Olmedo (risas). En el grupo estoy desde el año 2005, con Marcos. El resto de la gente es nuevo o ha ido rotando. La verdad es que hemos creado una química muy linda, no sólo con Marcos, sino con el resto de la gente que pasa con el grupo. La manera de trabajar es muy buena porque tenemos mucha libertad. Eso está muy bueno. Nos permite jugar y que cada uno poner en su personaje algo de frescura propia. Eso lleva a que cada personaje se enriquezca con lo que cada actor pueda llegar a aportar. Suma mucho al momento de hacer una comedia.

-¿En tu caso le suma muchos gestos y morisquetas?
MN: Yo trabajo mucho en lo que es la expresión, el tema corporal. Es como me aferro a eso para la comedia. Al público también le gusta. Veo que funciona y la gente se divierte mucho con eso. Veo que es el camino por el que tengo que ir porque es la beta que mejor me sale al momento de hacer comedia.



-¿Cómo consiguen en un teatro vocacional se den tan situaciones picarescas con tanta frescura? En el teatro comercial es común ver chicas ligeras de ropa pero en estas escalas es raro por la cercanía entre las actrices y el entorno.
MN: En primera instancia, a cualquiera de las actrices que convocamos para personajes que requieran estar más ligeras de ropa, se lo aclara de antemano. También tratamos de que eso no sea condición para que no actúe o participe en la obra. Se llega a un común acuerdo. Se explica cuál es la idea y después, en base a eso, se trabaja como para que ninguno se sienta incómodo haciendo a un personaje. A veces el tema de exponer el cuerpo da un poco de pudor. Tratamos de que sea lo más cuidado posible. Lo hacemos con mucho respeto desde el grupo para que ninguna se sienta observada o que crea que hay una doble intención o algo por el estilo. Eso también ayuda para que los actores que tengan que interpretar algo y están demasiado expuestos, se sientan cómodos y no observados o avergonzados.
MA: Tratamos siempre de cuidar a la gente que está con nosotros. Estamos lejos de faltarles el respeto a las chicas, ni a nadie.



-¿Puede ser una situación difícil para los actores?
MA: Hay un montón de cosas. Si hay una escena en la que hay un beso, no es común. No podemos buscar a una novia para poder dar un beso. Es algo que no es tan simple. Hay que charlarlo, trabajarlo desde otro lugar porque no es común. No todos ven que es algo netamente laboral y no tiene nada que ver y no se tiene que mezclar una cosa con la otra.
Natti: Otra de las cosas que creo que ayuda es que, nosotros, todos los años tratamos de generar vínculos dentro del grupo. No es solamente un grupo de trabajo. Se genera algo más, una amistad. El hecho de que se haya formado eso ayuda a que todos nos contengamos, nos ayudemos. Cuando uno tiene que hacer tal cosa, se siente acompañado y apoyado por el grupo. Eso, de alguna manera, da fortaleza para poder enfrentar al público.

No hay comentarios: