El pasado sábado se reunió por primera vez en Chacabuco un grupo de padres adoptivos que se conformó en Junín hace unos años. La idea es generar un espacio de reflexión sobre las distintas problemáticas que pueden afrontar las personas que adoptan niños de distintas edades.
El encuentro se llevó a cabo en la sede del Aula Chacabuco de la Universidad Tecnológica Nacionial.
La psicóloga Gabriela Parino, una de las integrantes del grupo, habló sobre su finalidad. También se refirió a la problemática de la adopción en Argentina.
- ¿Cuál es el objetivo del grupo?
El grupo sirve para empezar a pensar en un espacio autogestivo. Somos familias por adopción y algunas familias inscriptas para adoptar. Nos juntamos a conversar con cosas que tienen que ver con la realidad de los chicos que necesitan una familia por adopción. Desde ese lugar, nos sacamos dudas. Lo que en la sociedad abundan son más prejuicios que datos reales. Si nos quedamos con los prejuicios nos quedamos sumidos en un manto de dudas, de sensación de impotencia, de que hay que esperar muchos años para adoptar, de ideas y frases que vienen hechas y que son inconducentes. En realidad, nosotros en el grupo en el que estamos vemos la experiencia de mucha gente que se inscribe y al poco tiempo es convocada porque tiene un perfil amplio. Está preparada para ser familia de chicos que por ahí no son bebés, sino más grandes o chicos que tienen algún problema de salud.
- ¿Es real la creencia popular de que difícil adoptar a otra persona porque es un trámite engorroso?
El trámite en sí no es engorroso. Tiene un montón de requisitos, pero que son fácilmente realizables. No son cosas extrañas. La evaluación, en la provincia de Buenos Aires, se hace en 3 meses. La hacen equipos técnicos que ayudan a construir el proyecto de familia que se puede llegar a encarar. La mayoría de las personas que se inscribe, espera mucho tiempo porque aguardan adoptar un bebé muy chiquitito y sano. Lo que suele pasar es que las situaciones de los chicos, por las cuales necesitan una familia adoptiva se detectan cuando ya son un poco más grandes; cuando empiezan la escolarización. Hay otras instituciones que detectan vulneraciones de los derechos de los chicos.
- ¿Hay pocos bebés recién nacidos en adopción?
No son muchos los casos de mujeres que dicen yo no quiero ser madres. Están condenadas socialmente. Una mujer que no quiere ser madre parece que es una mala mujer cuando en realidad ser padre o madre es una decisión.
- ¿Hay muchos chicos en adopción?
No. Por suerte para los chicos no son tantas las situaciones terribles que pasan. Pero lo que pasa es que hay chicos que necesitan familia, a los que no se les encuentra familia, porque son más grande, porque pertenecen a un grupo de varios hermanos y no todas las familias pueden adoptarlos.
- ¿Se dan adopciones múltiples?
Sí, se dan. Son situaciones difíciles que requieren acompañamiento de los equipos, de los psicológicos pero se dan y prosperan, y viven plenamente en familia y contentos todos.
- ¿Qué dificultades afronta una familia de adopción?
Por un lado está la dificultad que trae el niño y por otro, las dificultades que traemos nosotros los adultos. Muchos venimos de pasar por tratamientos de fertilidad que son dolorosos, con una carga de ansiedad y angustia que son importantes. Es la historia previa que a veces trae el niño, y la nuestra la que hace difícil de compatibilidad entre las dos partes. Quien viene de un tratamiento de fertilización viene de la óptica de que el tratamiento resuelve la dificultad de ser padres de los adultos pero la adopción es todo lo contrario, porque intenta resolver la dificultad para ser hijo, de un niño. Entonces, a veces hace falta tener espacios para conversar de estas cosas. Hay que pensar desde la realidad y desde lo que uno desea para hacer posible el encuentro.
- ¿Qué le recomienda a las personas que quieren adoptar?
Que se informen, que lean, que participen de grupos, que avancen, que no se queden pensando en su limitación sino que puedan ver las posibilidades que tiene y las que le puede dar a un niño que necesita familia.
- ¿Cuáles son las expectativas del grupo para la región?
Nosotros nos juntamos siempre en Junín. Lo que pasa es que llega gente de otras ciudades como Salto, Chacabuco, Lincoln, Saladillo, Rufino. Como no hay muchos espacios de este tipo, convocamos, y viene gente de distintos lugares, Empezamos a pensar en la posibilidad de hacer un grupo itinerante, con reuniones en otros lugares. Quizás alguna vez se de la posibilidad de gestar un lugar de encuentro para las personas de Chacabuco y sumarnos. La verdad es que a nosotros nos sirve muchísimo. Es un recursos valioso para poder sostenernos y poder sostener a los chicos.
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