lunes, 27 de junio de 2016

27 de junio: Día del trabajador estatal, el biólogo y la sordoceguera

Hoy se celebra el día del trabajador del Estado. Es en homenaje a las resoluciones que permitieron los contratos colectivos de trabajo en el área pública por parte de la Organización Mundial del Trabajo.



En Argentina el convenio fue ratificado en 1987. También se recuerda la lucha del sindicalista y legislador Germán Abdala, quien integró la Asociación Trabajadores del Estado (ATE).
En Chacabuco se adhirió a la fecha hace unos años, por iniciativa de ATE.
Es feriado para la administración pública, pero hay bancos.

- En Argentina hoy se celebra el día del biólogo en homenaje a las tareas que derivaron en la creación del Museo de Historia Nacional. Se recuerda que fue Bernardino Rivadavia, en 1812, uno de sus principales impulsores.
En 1823, durante el gobierno de Martín Rodríguez, se formalizaba el nacimiento del Museo, actualmente denominado Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” en memoria de su fundador.
Funcionó primero en el Convento de Santo Domingo, en la Manzana de las Luces, y luego en edificios de la plazoleta Montserrat hasta instalarse definitivamente, desde 1937, en el edificio actual ubicado en Parque Centenario, sobre la Avenida Ángel Gallardo

- Además, se celebra el día de la sordoceguera, en homenaje al nacimiento de Hellen Keller, una mujer que vivió con esta condición.



Dice Wikipedia sobre Keller:

Helen Adams Keller (Tuscumbia, Alabama, 27 de junio de 1880-Easton, Connecticut, 1 de junio de 1968) fue una escritora, oradora y activista política sordociega estadounidense. A la edad de diecinueve meses, sufrió una grave enfermedad que le provocó la pérdida total de la visión y la audición. Su incapacidad para comunicarse desde temprana edad fue muy traumática para Helen y su familia, por lo que estuvo prácticamente incontrolable durante un tiempo.2 Cuando cumplió siete años, sus padres decidieron buscar una instructora y fue así como el Instituto Perkins para Ciegos les envió a una joven especialista, Anne Sullivan, que se encargó de su formación y logró un avance en la educación especial. Continuó viviendo al lado de Sullivan hasta la muerte de esta en 1936.
Después de graduarse de la escuela secundaria en Cambridge, Keller ingresó en el Radcliffe College, donde recibió una licenciatura, convirtiéndose así en la primera persona sordociega en obtener un título universitario.3 4 Durante su juventud, comenzó a apoyar al socialismo y en 1905, se unió formalmente al Partido Socialista.5 A lo largo de toda su vida, redactó una multiplicidad de artículos y más de una docena de libros sobre sus experiencias y modos de entender la vida, entre ellos La historia de mi vida (1903) y Luz en mi oscuridad (1927).
Keller se convirtió en una activista y filántropa destacada; recaudó dinero para la Fundación Americana para Ciegos, fue miembro del Industrial Workers of the World —donde escribió desde 1916 a 1918— y promovió el sufragio femenino, los derechos de los trabajadores, el socialismo y otras causas relacionadas con la izquierda, además de ser una figura activa de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles tras cofundarla en 1920. En 1924, se apartó de la actividad política para enfocarse en la lucha por los derechos de las personas con discapacidades y realizó viajes por todo el mundo ofreciendo conferencias hasta 1957. Por sus logros, el presidente estadounidense Lyndon Johnson le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad en 1964.7 Desde 1980, por decreto de Jimmy Carter, el día de su natalicio es conmemorado como el «Día de Helen Keller». Su vida ha sido objeto de variadas representaciones artísticas, tanto en cine, teatro y televisión, destacándose particularmente The Miracle Worker.

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