jueves, 8 de mayo de 2014

Denuncia de joven golpeada

A continuación de reproduce una carta enviada al correo de Chacabuquero.

Carta abierta al Sr. Comisario y al Sr. Intendente de Chacabuco

De mi consideración:

Mi nombre es Jennifer Castillo, tengo 22 años y soy una vecina de Chacabuco que reside y trabaja en esta ciudad. El motivo de esta carta es para ponerlos en conocimiento de un hecho lamentable que me tocara vivir días atrás y creo que les compete conocer, ya que involucra un proceder policial preocupante, por el cual en estos momentos siento que mi vida y la vida de muchas otras mujeres, pueden estar en peligro.

Hace dos fines de semana, ya siendo domingo de madrugada, al salir de un local de esparcimiento bailable, me dirigí junto a un amigo a desayunar a un conocido restaurante, donde sufrí un brutal ataque contra mi persona. Todo transcurría con absoluta normalidad, cuando me acerqué a la barra a retirar mi pedido, cuando a pesar de estar rodeada de numerosos clientes, y al darme vuelta, una persona masculina de la cual me reservo por ahora su nombre, esperando consejo de la justicia al respecto, sin mediar ninguna palabra, me dio un cabezaso en la nariz, rompiéndomela y haciéndome sangrar y provocando mi completo aturdimiento. Al verme aturdida por el golpe, sin saber que estaba pasando, salí tambaleando del negocio en cuestión, y ya en la calle, esta persona me puso una traba, y al caer yo al suelo, me pateó la cabeza con una fuerza impresionante. Agradezco que en ese momento unos transeúntes me ayudaron deteniendo el avance de este salvaje. Para contextualizar semejante barbaridad, debo aclarar que esta persona, mantuvo hasta hace tres años y medio una relación sentimental conmigo, la cual duró dos años, teniendo que denunciarlo por diversas causas, entre las que se encuentran diversas lesiones y amenazas de muerte, aunque también fue denunciado por destrozar mi casa, y otro tipo de abusos y violencia; fueron incontables las veces que me he presentado a denunciar a esta persona, durante y después de la relación, no habiendo podido, aparentemente, ser tomada en serio ni por la justicia, ni por la policía (como relataré a continuación) y por supuesto, teniendo tantísimas denuncias contra este individuo, hago responsable a quien lleva adelante la politica de seguridad de nuestro pueblo: Mauricio Barrientos, hoy principal responsable de que estemos pasando una época sin precedentes en cuanto a casos de inseguridad, y de ineficacia para resolver dichos problemas.

Y si no es así, le pido en mi nombre y en el de todas las mujeres de Chacabuco, explique públicamente, y en correspondencia a su deber para con el pueblo, qué tipo de conocimiento tiene usted, si es que tiene alguno, de cómo procede la fuerza policial que usted ha designado, para con los ciudadanos y ante situaciones de emergencia como la que me tocó vivir a mi en carne propia; cómo permite que en su comunidad, donde también salen a bailar sus hijos, y los hijos de quienes pagan sus impuestos y su sueldo, le pasen cosas a las mujeres indefensas como estas que relataré a continuación:

Apenas recuperada de la golpiza recibida, le pedí a mi amigo que me acercase a la comisaría a tan solo dos cuadras y media, donde llegamos inmediatamente para buscar protección, denunciar el hecho, y hacer que la policía detenga a esa persona, que por el estado en que se encontraba, y ante la vista de lo sucedido, podía considerarse a ese momento como un peligro para cualquiera que se lo cruzase. Obviamente necesitaba ayuda urgente, refugio, contención y medicina: mi nariz no paraba de sangrar y un loco me esperaba en las calles. Ni bien llegamos, me atendieron muy displicentemente, tomando mates, y entre sonrisas y burlas, me decían que para tomarme la denuncia tenía que ir primero al hospital, que ellos no podían ir a buscar a esta persona sin denuncia, y que tenía que ir al hospital o a la comisaría de la mujer. Cabe destacar, que en ese lapso de tiempo, que fue aproximadamente de veinte minutos, tuve que ir al baño tres veces a lavarme la sangre que manaba de mi nariz, donde me acompañó una agente femenina.

Mi agresor, seguramente se fue a dormir tranquilo en el mejor de los casos, y en el peor, dejo a cada uno librado a su imaginación, que tipo de bien le puede hacer a la sociedad que una persona así esté haciendo semejante cosa y que quienes deben protegernos no hagan nada y quienes deben velar por que nos protejan, no existan?

En un momento, luego de negarse durante repetidas oportunidades en hacer algo para al menos demorar a este individuo, me propusieron ir a hacer la denuncia a la comisaría de la mujer. A estas alturas, sangrando, con la ropa rota y mojada por el golpe en la calle, y con dolores en todo el cuerpo, fuimos hasta la comisaría de la mujer, donde los agentes que habían ido en otro auto junto a nosotros, se pusieron a hablar de cualquier cosa con las agentes que se encontraban en esa dependencia, y ante nuestro reclamo, después de esperar aproximadamente unos veinte minutos más, solo apareció una agente de policía y dijo: “Qué pasa? Si estan apurados vayan den una vuelta y vuelvan mas tarde!
Sinceramente, en ese momento me largué a llorar y salí desesperada de la comisaría de la mujer, gritando presa de un ataque de nervios.

No volví más. Estuve una semana y media encerrada en mi casa, deprimida y con miedo, recuperándome, con un hematoma que lentamente se va yendo gracias a Dios, pero sin poder trabajar, y con el terror, esperando que ese loco no nos queme nuestro hogar donde residimos con mi madre, y que ya ha sido atacado otras veces.

Por un lado, quería ponerlos a ambos sobre aviso, de cuáles son las actitudes tomadas por el personal que está a su cargo, que no solo en vez de contener a una víctima de violencia de género, permitieron que el victimario escapase, también sentí que jamás quisieron que yo asentara nada, ya que intentaron de todas las maneras posibles de disuadirme que no establezca una denuncia policial del hecho, ni siquiera me tomaron el nombre y apellido, dejándome librada a lo que la suerte pudiese depararme. No sé realmente, de qué sirve querer influenciar sobre la gente...realmente me pregunto si será para que las estadísticas escondan el hecho de que pasan cosas como estas y peores en Chacabuco todos los días, y no va a ser tapando el sol con la mano que se solucionen.
Ahora, gracias al consejo de mis familiares y seres queridos, he decidido presentarme en la fiscalía a denunciar este hecho, ya es evidente que si la fuerza policial y el jefe político de nuestro pueblo demuestran que son inútiles a la hora de brindar un servicio a la comunidad, no nos queda otra que arriesgar la vida a los ciudadanos de a pie; el estado no sólo está ausente. El estado parece estar contento con esta situación.
Espero que algo así nunca más suceda a ninguna otra joven en Chacabuco, este es mi pequeño grano de arena para que eso sea una realidad. Creo que callarme significaría que esos agentes sigan haciendo pésimamente mal su trabajo, burlándose de la comunidad, que lo ha elegido a usted señor Barrientos, y por ende, ha elegido su conducción, que se muestra inhábil ante esta miserable manera de tratar a las víctimas de violencia.

Pareciera que necesitan de verdad, que a una la lleven muerta o paralítica, para ponerse a ver la gravedad del caso.

Para finalizar, me pongo a su disposición para cualquier aclaración que haga falta hacer, y dejo planteada una cuestión que me ha venido haciendo ruido desde el día posterior a sufrir el ataque: me pregunto, simplemente, si la policía que tenemos, y la política que se encarga de nuestra seguridad, tratan tan mal a la gente así, solo cuando se trata de gente humilde como es mi caso y el de millones más, o, si la que hubiese entrado golpeada fuese su hija señor Intendente o la hija del señor Julián Domínguez, la hubiesen tratado de la misma manera. Sinceramente, creo que con el solo hecho de mencionar su nombre, hubieran sido muy diferente las cosas. Me averguenza, y debería avergonzarlos a ustedes también, pues con este tipo de actitudes, somos todos los que perdemos; sobre todo, los más débiles. Los que no podemos tener un portón que tape la fachada de nuestra casa, los que no podemos tener una alarma, un auto particular, autos oficiales, sueldos de miles y miles de pesos; claro, los que no ganamos el sueldo que hace falta para tener semejantes privilegios, y que no ganamos casi para llegar a fin de mes, permanecemos olvidados. Y si ustedes creen como yo, que no solo es violencia la violencia de género, sino que vivir en un país donde la corrupción y la mala administración, llevan a un libertinaje como el que estamos viviendo hoy en día, donde las fuerzas de seguridad dan mas miedo que los delincuentes, y los políticos en vez de gobernar miran solamente el rédito económico y personal de su gestión, si piensan que esto también es un mal social indeseable, y ponen su grano de arena como lo hago yo para que esto no me suceda más y no le pase mas a nadie algo así, empezaré a respetarlos un poco más, si ustedes no hacen nada con respecto a esto, entonces será que no merecerán llamarse ustedes señores. Y en ese caso, Dios, la Patria y el pueblo se lo demanden.
Atentamente

Jennifer Castillo 38.227.664

Nota anterior: Fallecido en el campo

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