La Dirección de Bromatología de Chacabuco informó que detectó presencia de triquinas en una bondiola que había sido decomisada en un bar y en un trozo de chorizo seco que había estado consumiendo un hombre que estuvo internado en el hospital desde el viernes.
El Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia interdictó 280 cerdos de dos criaderos de los cuales habrían provenido los animales que se usaron para elaborar las facturas.
Marité Fernández, responsable de Bromatología, dio a conocer esta noche que se habían realizado los correspondientes análisis en el laboratorio municipal, de la mercadería que se secuestró en un bar del barrio Rivadavía, del cual era cliente el afectado. Se encontraron triquinas en la bondiola pero no en los chorizos secos existentes en ese momento. Sí hubo resultado positivo en el análisis de un trozo de chorizo que todavía estaba en la casa del afectado.
El material será enviado a los laboratorios de Asuntos Agrarios de La Plata y al centro de zoonosis de Azul para que se hagan contrapruebas que confirmen los resultados.
Por otro lado, Asuntos Agrarios trazó la ruta de origen de las facturas de cerdo y llegó hasta dos establecimientos. Los animales interdictados fueron enviados a faena compulsiva en un establecimiento habilitado. Allí se analizará cada uno para saber si están enfermos o no.
Marité Fernández recomendó a la población no consumir chorizos secos u otras facturas de cerdo sin rótulo, y que también en las faenas familiares se realicen los análisis en el laboratorio de Bromatología.
Al centro de zoonosis de Azul también se enviaron las muestras de suero del hombre afectado, su mujer y sus dos hijos, para que se confirme o no si tienen triquinosis.
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